Disfrutamos de la atención personalizada del dueño, Miguel Ángel, quien nos orientó sobre las mejores rutas de senderismo por la zona.

La limpieza de la habitación podría mejorar, ya que notamos algunas áreas que no estaban a fondo.

El Jisu es un hotel encantador y acogedor. Las habitaciones son amplias y limpias, con vistas espectaculares a los Picos de Europa. El desayuno incluye pan casero y productos locales, lo cual fue una delicia. Además, la piscina con vistas montañosas fue perfecta para relajarnos después de un día de trabajo. La atención de los dueños realmente marcó la diferencia.

El único inconveniente fue la falta de ascensor, lo cual puede ser incómodo para cargar equipaje.

Comida casera con vistas espectaculares

Nuestra estancia en el Hotel El Jisu fue maravillosa. Desde el primer momento, la amabilidad de Miguel Ángel y su familia nos hizo sentir como en casa. Despertar con vistas a los Picos de Europa y disfrutar de un desayuno casero con productos locales fue un verdadero lujo. Después de un día de senderismo, relajarse en la piscina con vistas montañosas fue el cierre perfecto.

El único inconveniente fue que no había ascensor y tuvimos que cargar nuestras maletas por las escaleras, lo cual puede ser un poco incómodo, especialmente si llevas mucho equipaje. Además, el ruido ocasional de la carretera cercana puede ser un factor a considerar si buscas total tranquilidad.

El baño olía un poco a cloro, pero el servicio fue excepcional. Las vistas desde la habitación eran impresionantes y el desayuno estaba lleno de frutas frescas. Además, los dueños son muy amables y te ayudan con recomendaciones de rutas! !

Las habitaciones son amplias y están muy limpias, con un baño casi del tamaño de la habitación. La cena fue deliciosa, especialmente el cocido lebaniego, que valió la pena después de un día de senderismo. el desayuno tiene buena variedad, aunque podría ser más abundante.

Sin embargo, no todo fue perfecto. La cama era algo blanda para mi gusto, lo que me dificultó un poco el descanso. Además, tuvimos inconvenientes con la habitación al notar fugas de la cocina que causaban un olor a comida constante. La ubicación, cerca de la carretera, no es la más tranquila y no nos facilitaron el cambio de habitación durante nuestra estancia, lo que fue decepcionante, especialmente en la recta final de nuestro viaje.

las habitaciones están impecablemente limpias y cuentan con un ambiente acogedor. el desayuno casero es una delicia, especialmente el pastelito de la casa 🍰. el personal hace que te sientas como en casa.

algo ruidoso en las mañanas 🙃.

La habitación era cómoda, pero el techo bajo me hizo darme en la cabeza.

Fue una gran opción para una pequeña escapada en Camaleño con un buen precio teniendo en cuenta la calidad. El personal fue muy amable y servicial, lo cual hizo nuestra estancia más agradable. Recuerda pedir recomendaciones sobre los mejores lugares para comer por la zona.

El pan casero que sirven en el desayuno es una delicia que no te puedes perder, acompañado de productos frescos y locales que hacen que cada bocado sea una experiencia maravillosa. Además, los dueños son un encanto, siempre listos para asesorarte sobre las rutas más especiales para explorar con la familia. Y no olvido mencionar las vistas espectaculares que te quitan el aliento.

Aunque el ruido de la campana de la oveja que se paseaba cerca de la ventana fue un poco molesto, y no tener café o té en la habitación fue un detalle incómodo, la experiencia todavía brilló con su encanto rural. Comer en el jardín tuvo su propio sabor, aunque hay que admitir que el perro del lugar se hizo muy amistoso durante nuestros almuerzos.

volvería allí de nuevo

La habitación era cómoda con suelo de madera y baño privado. Las vistas a los Picos de Europa eran impresionantes. Además, el restaurante ofrecía comida casera de calidad, y el desayuno incluía opciones deliciosas como café y tostada. Todo muy acogedor y bien atendido. Nos encantó la terraza para relajarnos.

La ubicación es un verdadero regalo, rodeada de naturaleza y con vistas espectaculares. La amabilidad de los propietarios crea un ambiente cálido y acogedor. Aunque el cuarto era un poco ruidoso, con sonidos del exterior, el desayuno incluía papas fritas inglesas que fueron un gran acierto. me decepcionó que no tuvieran ciertas opciones en el menú, lo que limitó un poco nuestra elección durante la cena.

El hotel El Jisu tiene un ambiente muy acogedor. La habitación que tuvimos era amplia y limpia, con un baño casi del mismo tamaño. Las vistas a los Picos de Europa son impresionantes. Miguel Ángel, el dueño, es muy atento y nos recomendó rutas de senderismo por la zona, lo que enriqueció nuestra experiencia. El desayuno estaba lleno de opciones deliciosas, incluyendo pan casero que estaba espectacular. Cenamos en el hotel una noche y todo estaba delicioso, especialmente el cocido lebaniego. Sin embargo, notamos que el olor a cloro en el baño era algo molesto. Además, no tenían aire acondicionado y las ventanas abiertas atraían algunos mosquitos. El único inconveniente fue que al estar en el último piso, el techo era bajo en algunas zonas, así que hay que tener cuidado para no golpearse la cabeza. A pesar de eso, la experiencia fue muy buena y definitivamente lo recomendaría.

Todo en orden, cumple su propósito. La piscina ofrece magníficas vistas a las montañas.